3. La convivencia en el aula y en la escuela
La construcción de nuevas formas de relación entre los docentes y los estudiantes
tiene como fin la convivencia armónica y solidaria en la escuela de
acuerdo con valores que garanticen el respeto a la dignidad y los derechos
de todos los integrantes de la comunidad escolar. Las relaciones se pueden
fortalecer mediante la creación de un ambiente escolar favorable para la integración
y el trabajo colaborativo. La conformación de un ambiente de respeto
y apoyo mutuo, de confianza para opinar, expresar dudas y equivocarse, colaborar,
escuchar y ser escuchado, resulta imprescindible para el estudio y el
aprendizaje.
Desde esta perspectiva, se concibe una convivencia armónica que procure
la integración de maestros y alumnos mediante el desarrollo de la cooperación
y la empatía, y que facilite el despliegue de habilidades y recursos para
el fortalecimiento de su desarrollo personal y social. Este ambiente se crea
con el esfuerzo de maestros y alumnos y es el objetivo al que se encamina la
existencia de normas y acuerdos para garantizar el bienestar de toda la comunidad
educativa.
La intervención oportuna del tutor en los conflictos que surjan entre alumnos,
o entre éstos y algún profesor o personal de la escuela, debe orientarse
al establecimiento de una convivencia respetuosa, condición necesaria para
aprender y relacionarse positivamente como parte de un grupo académico.
Lo anterior exige a todos los integrantes de la escuela capacidad para analizar
su participación en la convivencia diaria. Para el tutor plantea el reto de
conocer y comprender las inquietudes que dicha convivencia genera en los
alumnos.
Con el propósito de mejorar la convivencia escolar, a continuación se presentan
algunas actividades que pueden realizar los alumnos.
1.- Reflexionar sobre conflictos que ocurren en la escuela y argumentar la
postura personal ante los mismos.
2.- Observar y analizar diferentes situaciones de convivencia en la escuela:
patio, aulas, ceremonias, sanitarios, actividades recreativas.
3.- Realizar actividades exploratorias para identificar situaciones de
violencia en distintos grupos: entre hombres, entre mujeres, entre
hombres y mujeres, entre adultos y adolescentes, entre autoridades
y alumnos.
4.- Elaborar entrevistas para identificar la presencia de situaciones de
conflicto en los espacios seleccionados.
5.- Analizar aspectos de género, salud, diversidad y legalidad implicados
en la convivencia escolar.
6.- Debatir sobre los valores relacionados con igualdad, tolerancia, solidaridad,
participación y reciprocidad.
7.- Seleccionar los problemas de convivencia que requieren mayor atención.
8.- Diseñar estrategias y procedimientos para modificar y mejorar la convivencia
escolar.
9.- Diseñar planes de acción que contemplen formas de convivencia democráticas.
10.- Concretar acciones y establecer compromisos.
Las sesiones de Orientación y Tutoría pueden acompañarse de un guión
de conversación y de estrategias que favorezcan la expresión de los alumnos
en torno de temas de su interés, por ejemplo, la comunicación con sus maestros,
la seguridad en la escuela y en la zona aledaña a la misma, las opciones
de recreación que les gustaría tener, su opinión sobre la disciplina en la
escuela, las decisiones relacionadas con su futuro, la convivencia y los conflictos
con sus pares, entre otras.
Existen algunas áreas que requieren considerarse de manera particular
para ser abordadas en las sesiones de Orientación y Tutoría –prevención de
adicciones, sexualidad y perspectiva de género, conservación del ambiente y
valores que deben tomarse en cuenta como facetas de la convivencia escolar–,
las cuales también constituyen contenidos transversales que se estudian en
varias asignaturas del currículo.
Asimismo, la realización de asambleas de grupo, grado y escuela, además
de aquellas donde participen sólo los representantes de grupo, puede ser una
oportunidad para ventilar y atender situaciones de conflicto en la convivencia
escolar. Los tutores orientarán a los alumnos en el análisis y la búsqueda de
soluciones justas y equitativas.
Al abordar en el colectivo de docentes los aspectos relacionados con la convivencia
escolar, es necesario formular medidas articuladas para resolver situaciones
de conflicto que afecten el bienestar de los alumnos, y asegurar su
congruencia con un clima de respeto y de trabajo solidario.
La construcción de nuevas formas de relación entre los docentes y los estudiantes
tiene como fin la convivencia armónica y solidaria en la escuela de
acuerdo con valores que garanticen el respeto a la dignidad y los derechos
de todos los integrantes de la comunidad escolar. Las relaciones se pueden
fortalecer mediante la creación de un ambiente escolar favorable para la integración
y el trabajo colaborativo. La conformación de un ambiente de respeto
y apoyo mutuo, de confianza para opinar, expresar dudas y equivocarse, colaborar,
escuchar y ser escuchado, resulta imprescindible para el estudio y el
aprendizaje.
Desde esta perspectiva, se concibe una convivencia armónica que procure
la integración de maestros y alumnos mediante el desarrollo de la cooperación
y la empatía, y que facilite el despliegue de habilidades y recursos para
el fortalecimiento de su desarrollo personal y social. Este ambiente se crea
con el esfuerzo de maestros y alumnos y es el objetivo al que se encamina la
existencia de normas y acuerdos para garantizar el bienestar de toda la comunidad
educativa.
La intervención oportuna del tutor en los conflictos que surjan entre alumnos,
o entre éstos y algún profesor o personal de la escuela, debe orientarse
al establecimiento de una convivencia respetuosa, condición necesaria para
aprender y relacionarse positivamente como parte de un grupo académico.
Lo anterior exige a todos los integrantes de la escuela capacidad para analizar
su participación en la convivencia diaria. Para el tutor plantea el reto de
conocer y comprender las inquietudes que dicha convivencia genera en los
alumnos.
Con el propósito de mejorar la convivencia escolar, a continuación se presentan
algunas actividades que pueden realizar los alumnos.
1.- Reflexionar sobre conflictos que ocurren en la escuela y argumentar la
postura personal ante los mismos.
2.- Observar y analizar diferentes situaciones de convivencia en la escuela:
patio, aulas, ceremonias, sanitarios, actividades recreativas.
3.- Realizar actividades exploratorias para identificar situaciones de
violencia en distintos grupos: entre hombres, entre mujeres, entre
hombres y mujeres, entre adultos y adolescentes, entre autoridades
y alumnos.
4.- Elaborar entrevistas para identificar la presencia de situaciones de
conflicto en los espacios seleccionados.
5.- Analizar aspectos de género, salud, diversidad y legalidad implicados
en la convivencia escolar.
6.- Debatir sobre los valores relacionados con igualdad, tolerancia, solidaridad,
participación y reciprocidad.
7.- Seleccionar los problemas de convivencia que requieren mayor atención.
8.- Diseñar estrategias y procedimientos para modificar y mejorar la convivencia
escolar.
9.- Diseñar planes de acción que contemplen formas de convivencia democráticas.
10.- Concretar acciones y establecer compromisos.
Las sesiones de Orientación y Tutoría pueden acompañarse de un guión
de conversación y de estrategias que favorezcan la expresión de los alumnos
en torno de temas de su interés, por ejemplo, la comunicación con sus maestros,
la seguridad en la escuela y en la zona aledaña a la misma, las opciones
de recreación que les gustaría tener, su opinión sobre la disciplina en la
escuela, las decisiones relacionadas con su futuro, la convivencia y los conflictos
con sus pares, entre otras.
Existen algunas áreas que requieren considerarse de manera particular
para ser abordadas en las sesiones de Orientación y Tutoría –prevención de
adicciones, sexualidad y perspectiva de género, conservación del ambiente y
valores que deben tomarse en cuenta como facetas de la convivencia escolar–,
las cuales también constituyen contenidos transversales que se estudian en
varias asignaturas del currículo.
Asimismo, la realización de asambleas de grupo, grado y escuela, además
de aquellas donde participen sólo los representantes de grupo, puede ser una
oportunidad para ventilar y atender situaciones de conflicto en la convivencia
escolar. Los tutores orientarán a los alumnos en el análisis y la búsqueda de
soluciones justas y equitativas.
Al abordar en el colectivo de docentes los aspectos relacionados con la convivencia
escolar, es necesario formular medidas articuladas para resolver situaciones
de conflicto que afecten el bienestar de los alumnos, y asegurar su
congruencia con un clima de respeto y de trabajo solidario.