1. Atención individual a los alumnos
Este campo se refiere a la necesidad de conocer las condiciones individuales
de los alumnos que asisten a la escuela, relacionadas con sus antecedentes
familiares, sociales y culturales, así como a la importancia de identificar sus
capacidades y aptitudes para el estudio. Desde esta perspectiva, las características
del alumno, si bien se consideran de manera personalizada, se conciben
como parte de un contexto social y cultural que contribuye y condiciona
su desarrollo.
El conocimiento, paulatino y sistemático, que el orientador educativo y el
tutor logren acerca de los alumnos como personas singulares contribuirá a
tomar decisiones que permitan potenciar sus capacidades y emprender acciones
individuales oportunas. Este conocimiento es particularmente importante
en aquellos casos en que existen riesgos para el desempeño de los alumnos
en la escuela, por ejemplo, cuando hay escaso apoyo del entorno familiar y
social. Asimismo, esta información será de gran utilidad para los estudiantes
en la formulación de itinerarios académicos y profesionales.
Identificación de las características del entorno que afectan el trabajo escolar
El orientador educativo desarrolla una importante labor relacionada con el
diagnóstico de situaciones que representan riesgos para el trabajo escolar y
que pueden favorecer la reprobación y la deserción. Además, contribuye a la
identificación de recursos y apoyos institucionales que fortalecen o complementan
la atención a los alumnos.
El entorno próximo a la escuela involucra procesos y actores externos a la
misma que afectan lo que sucede en ella. Existen situaciones de riesgo que
afectan a varios alumnos o a toda la comunidad escolar por constituir un componente
del entorno al cual se encuentran expuestos: enfermedades infecciosas
y epidemias, vendedores en la zona aledaña con productos de escaso valor
nutritivo e incluso dañino, delincuencia, entre otras. Su reconocimiento por
parte del orientador educativo sentará las bases para establecer acuerdos con
las autoridades escolares, tutores y padres de familia sobre las medidas que
eliminen riesgos para la integridad personal de los alumnos y para explorar
soluciones factibles en las que participen todos los miembros de la comunidad
escolar.
Los recursos y apoyos institucionales que ofrece el entorno para el desarrollo
cultural, deportivo, recreativo y para la atención de los alumnos, requieren
ser considerados por el orientador educativo como parte de su labor de enlace.
Este campo se refiere a la necesidad de conocer las condiciones individuales
de los alumnos que asisten a la escuela, relacionadas con sus antecedentes
familiares, sociales y culturales, así como a la importancia de identificar sus
capacidades y aptitudes para el estudio. Desde esta perspectiva, las características
del alumno, si bien se consideran de manera personalizada, se conciben
como parte de un contexto social y cultural que contribuye y condiciona
su desarrollo.
El conocimiento, paulatino y sistemático, que el orientador educativo y el
tutor logren acerca de los alumnos como personas singulares contribuirá a
tomar decisiones que permitan potenciar sus capacidades y emprender acciones
individuales oportunas. Este conocimiento es particularmente importante
en aquellos casos en que existen riesgos para el desempeño de los alumnos
en la escuela, por ejemplo, cuando hay escaso apoyo del entorno familiar y
social. Asimismo, esta información será de gran utilidad para los estudiantes
en la formulación de itinerarios académicos y profesionales.
Identificación de las características del entorno que afectan el trabajo escolar
El orientador educativo desarrolla una importante labor relacionada con el
diagnóstico de situaciones que representan riesgos para el trabajo escolar y
que pueden favorecer la reprobación y la deserción. Además, contribuye a la
identificación de recursos y apoyos institucionales que fortalecen o complementan
la atención a los alumnos.
El entorno próximo a la escuela involucra procesos y actores externos a la
misma que afectan lo que sucede en ella. Existen situaciones de riesgo que
afectan a varios alumnos o a toda la comunidad escolar por constituir un componente
del entorno al cual se encuentran expuestos: enfermedades infecciosas
y epidemias, vendedores en la zona aledaña con productos de escaso valor
nutritivo e incluso dañino, delincuencia, entre otras. Su reconocimiento por
parte del orientador educativo sentará las bases para establecer acuerdos con
las autoridades escolares, tutores y padres de familia sobre las medidas que
eliminen riesgos para la integridad personal de los alumnos y para explorar
soluciones factibles en las que participen todos los miembros de la comunidad
escolar.
Los recursos y apoyos institucionales que ofrece el entorno para el desarrollo
cultural, deportivo, recreativo y para la atención de los alumnos, requieren
ser considerados por el orientador educativo como parte de su labor de enlace.